Hace décadas, los hogares parlantes o “autosuficientes” eran uno de los tópicos constantes en las historias de ciencia ficción. Se trataba del sueño de toda ama de casa: electrodomésticos y muebles que aliviaran de las tareas más pesadas. Hoy, parece que el futuro nos ha alcanzado. La domótica, nombre que recibe la tendencia a integrar dispositivos “inteligentes” en los hogares, no es un asunto fantástico. Muchas empresas ofrecen packs de este tipo y soluciones integrales para cualquier hogar; así, podemos tener desde la clásica alarma antirrobo de chalet que avisa a la empresa de seguridad, hasta elementos más sofisticados como reguladores de temperatura o luminosidad acordes a nuestro ánimo o a la época del año.Y la cocina, uno de los lugares más afectados por nuestro ritmo de vida vertiginoso, no podía ser menos.
Mediante la instalación de una red local en la cocina, podemos integrar todos los electrodomésticos, o al menos los más importantes (nevera, lavadora, cocina y horno) a un sistema informático. Gracias a ello podemos conectarnos a Internet y realizar nuestras tareas personales mientras estamos en dicha habitación (por ejemplo, chatear o escribir correos electrónicos). También es posible consultar dudas en la Red sobre la utilización de los aparatos, solicitar teleasistencia o incluso gestionar el uso a distancia, si disponemos de un teléfono móvil u ordenador que podamos conectar a la misma red. Siemens, con sus sistema Serve Home, o Inmomática, especializada en esta gestión, son algunas de las empresas que ofrecen estos servicios.
Aparte de ello, cada electrodoméstico puede ofrecer información de forma autónoma; por ejemplo, una nevera “inteligente” cuenta con una pantalla que nos indica la temperatura, los alimentos que contiene y la durabilidad de éstos.