Cocina reformada y decorada

El diseñador de interiores es un técnico capacitado para entender e interpretar las necesidades y requerimientos de cada cliente en particular, creando nuevos espacios habitables o modificando los que ya existen.

Debe ser capaz de llevar adelante la síntesis estética y funcional que satisfaga las expectativas del cliente de manera ordenada y coherente, partiendo de los recursos económicos existentes según cada caso.

El diseñador de interiores posee conocimientos de arte, diseño de espacios, ergonomía, luminotecnia, tecnología de los materiales, técnicas de expresión gráfica y aunque más escasos también de instalaciones sanitarias y eléctricas. La semiótica, psicología, comunicación y marketing también forman parte de su formación como profesional.

Todas estas herramientas lograrán que haya una buena comunicación con el cliente para interpretar y dar forma a un proyecto que parte y apunta a satisfacer las necesidades de quien solicita la reforma.

El diseñador debe partir de  un conocimiento previo del cliente, el entorno familiar, sus gustos y rechazos y por supuesto, del lugar a modificar, medidas, características, particularidades del espacio, etc.

Es importante poder mantener el diálogo, sacarnos las dudas y plantear lo que pensamos y sentimos con él para llegar a un acuerdo entre ambos.

No debemos sentir que es alguien que busca imponer sólo su punto de vista sin considerar la opinión de la o las personas que  utilizarán el espacio cuando haya concluido la tarea del diseñador.

Desde el profesional, tampoco es conveniente seguir adelante con algunas sugerencias del cliente si el profesional considera que no son viables para el proyecto, aunque debe explicar el porqué.

El diseñador, al momento de materializar su proyecto no realiza su actividad solo, sino que consulta e interactúa con los arquitectos, ingenieros, constructores, fontaneros, electricistas, carpinteros, etc.